“Miradas encontradas llenas de tristeza no buscada que se evitan
con dolor.
Cuatro entes deambulantes que persiguen sombras sin dueño…”
Somos nosotros, vagando inconscientes por la casa sin saber qué hacer.
Buscamos tras las esquinas las caras conocidas que nos hacían sonreír y ocultamos
las lágrimas amargas que resbalan al anochecer con la creciente esperanza de
que nos volvamos a ver.
“…Y es que el dolor de esta dura despedida nos ha dejado sin
aliento.”