"Noté como su rostro pálido iba transformando su expresión
pasando del miedo al llanto casi al momento, sin que yo pudiese hacer nada.
Porque aquello ya estaba muerto. Nada nos salvaría ya de esta, ni siquiera las
palabras que habían levantado los cimientos de nuestro amor."
Que difícil y complicada se vuelve la vida cuando uno está
enamorado, cuando el virus de los sentimientos invade nuestros órganos y la
vida se ralentiza. Cuando el tiempo se vuelve prácticamente inexistente.
Que difícil y complicado es vivir temiendo constantemente
dar un paso en falso, temiendo tropezar en un camino lleno de obstáculos
embellecido para que parezca que es lo correcto. Que todo ese dolor, que todas
esas lágrimas, esa amargura, es lo que tiene que ser y que encima valga la
pena.
Que difícil y complicado es no saber lo que el otro está
pensando. La realidad es que creemos que nos enamoramos de una persona por su
atractivo físico, por su inteligencia emocional o por su sentido del humor,
pero en realidad nos enamoramos de nuestro ser idealizado que pocas veces
coincide con la persona que creemos querer.
Nadie nos educa realmente para esto. Cuando empezamos el
colegio, nuestra madre nos mira a los ojos y nos dice “Pórtate bien”, cuando te
presentan a alguien por primera vez, imploran un: “sé amable”, pero esto del
amor es tan ambiguo que nadie sabe decirnos de antemano cómo debemos
comportarnos.
Nadie tiene la bola de cristal para saber qué demonios está
pensando nuestra pareja, nadie sabe con exactitud si la frase “Tengo que ir al
Himalaya” es una indirecta para que lo acompañes o simplemente quiere perderte
de vista.
Nadie sabe explicarme realmente qué mierda es el amor. ¿Es
respeto? ¿Son lágrimas? ¿Paciencia? ¿Dolor? ¿Felicidad? ¿Sacrificio? ¿Qué es?
Y lo más importante, ¿por qué todo el mundo se vuelve poeta
al hablar del amor, y muchos coinciden al describirlo, pero nadie sabe darme
una definición exacta de por qué es tan complicado cuando es lo más común?
Qué difícil y complicado es todo con amor cuando en
realidad nadie quiere a nadie y todos atribuyen este inconcreto al corazón.
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