“[…] Incluso en este momento,
mientras ella estaba encerrada en aquella habitación disfrutando de las vistas,
deseaba susurrarle de forma pausada dos simples palabras que abarcan cinco
insignificantes letras.
Pero no, ella seguía deseándolo a
él, con su don para las palabras, para los halagos de "machito". Seguía
prefiriendo a un proyecto de hombre que miraba a las mujeres como si fuesen
carne barata. Un niño que las trata con desprecio, que se cree arrogante y
superior a cualquier otro ser mortal.
Quizás ella piense que soy un
descerebrado como él, que soy un mujeriego, que no sé cómo tratar a una mujer,
que no se cómo amar. Quizás piense que no sé qué demonios es el amor.
No puedo seguir con esta tortura,
no puedo seguir callándome algo que me muero por decir. No puedo seguir
reteniendo por más tiempo que amor es verla llegar con su pelo suelto,
dedicarle sonrisas que no son devueltas. Amor es acostarme sintiendo su perfume
en el aire, planificar saludos que terminan en balbuceos.
Amor es verla desaparecer por la
escalera y desear salir tras ella.”
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