lunes, 5 de agosto de 2013

"Él"


       Quería dejar de pensar. Quería volver a mi propia historia, esa que me contaba para dormir y que, además, adormecía cualquier pensamiento negativo. Solo necesitaba unas horas de “vacaciones”. Necesitaba cerrar los ojos y dejarme llevar por un sueño que me transportase a otra vida menos dolorosa, en la que se tuviesen que tomar menos decisiones, en la que no tuviese que pensar en mi caótico futuro.

          Quizás no necesitaba otro mundo. Quizás le necesitara a él, a mi perfecto e idealizado “Él” porque aquello que sentía, aquel dolor, aquella atemporalidad tan estresante, aquella vida sin fin, aquel mundo perfecto, se transformaban en nada cuando él tocaba la puerta de mi mente, cuando aquel idealizado muchacho me venía a buscar y cuando yo, sin muchas atenciones, me dejaba arrastrar. 

2 comentarios:

  1. Si es lo que parece, y a menudo suele serlo, Lady Hielo, deje derretirse y disfrute de cada gota caer. Parece que la vida es más vida cuando se sufre, cuando preferimos verlo negro. Espero que poco a poco consigas ver cada color y que la desesperanza, la soledad y sus compañeras no sean las únicas emociones que te permitas sentir. El miedo a los desconocido nos encierra y, desde la experiencia, vale la pena bombardear esas puertas.

    ResponderEliminar
  2. Querido Anónomo: Si la realidad fuese otra me vería en la obligación de escribir sobre el lado bueno de mi vida y renunciar a mi papel como Lady Hielo. Pero lo cierto es que tienes razón y en esto coincidimos: "Parece que la vida es más vida cuando se sufre, cuando preferimos verlo negro." Quizás si lo hubiese visto todo desde el lado positivo no hubiese sido capaz de escribir lo propio y quizás la inspiración nunca hubiese hecho aparición en los mejores momentos, en los inesperados.
    De cualquier forma, muchas gracias.

    ResponderEliminar