Fin de un viaje agotador a su manera.
Vuelvo a poner los pies en la realidad con mucho recelo,
sabiendo que lo que viene a partir de este momento sea un silencio sin pausa
producido por el esfuerzo de una máquina que no para de pensar.
¿Qué viene ahora? ¿Qué es lo que debo hacer? ¿Qué es lo correcto?
Sigo con la mirada puesta en el mar buscando todas las
respuestas que me faltan. Me relaja estar aquí, disfrutar del viento, del ruido, del
movimiento continuo de las olas. Es un poco mi lugar de paz.
Levanto la vista mientras observo cómo nos alejamos cada vez
más de la costa. Solo un momento más antes de volver a la realidad, solo un
momento de paz antes de volver al caos que dejé a medias.
Ya no hay ancla que retenga a mi mente en ese mar de oscuros
pensamientos. Paz, tranquilidad…no pido más.
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