“Los ventiladores vuelven a irrumpir en los Dharmacakras. El
calor comienza de nuevo a apretar mientras elevamos nuestros brazos en busca
del amor, mientras las sombras de las guitarras danzan dulcemente en la pared.
Por fin he realizado. He comprendido que soy eterna, que
todo es eterno y que solo se trata de un viaje hacia un infinito inmenso.
¿Cuánto dejo? ¿Cuánto me llevo?”
“Se acabó lo que se
daba”. Fin de otro capítulo que no volveré a vivir jamás: ya no me levantaré
los sábados a las 7 y ya no me enseñarán como alumna porque he terminado el capítulo más inspirador de mi vida. He descubierto tantas cosas de mi que antes no sabía…he
abandonado a mi lado negativo, he contemplado el mundo con mis nuevos ojos y he
realizado que en realidad soy indestructible. Por fin dejo atrás a la ignorante,
débil y siempre tímida chiquilla.
La vida por fin parece sonreírme. Ya he aprendido a jugar al
juego divino, ya entiendo el “por qué” de todo y ya no me amarga el “qué pasará”.
“All in”, es la apuesta de mi vida a partir de este momento.
Es mi estilo de vida a partir de un agosto pasado. Todo cuadra, todo coincide,
todo tiene un “por qué” que me hace sentir segura, que me hace tomar todos
aquellos riesgos que antes no me atrevía a asumir. Que me hace vivir los
momentos que yo quiero con la gente que yo quiero y que me hace ser feliz
incluso debajo de una tempestad.
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