"Pensé que era yo la que deseaba llegar más lejos, la que
quería recorrer la distancia más difícil. Pensé que tendría que actuar durante
días, recurrir al palabreo, jugar con las cartas que me habían tocado.
Pensé que sería tan difícil conseguir mi objetivo que me
relajé pensando que me sobraba el tiempo. Creí, ingenuamente, que era yo la que
llevaba el control de la situación pero, para mi sorpresa, solo fui capaz de
sentir nervios, estupefacción y miedo ante lo desconocido y ante algo que acabó
convirtiéndose en un completo error.
Acabo la noche sumida en un silencio perturbador pensando en
aquellas cosas que creo tener bajo control, sintiendo el miedo en cada poro de
mi piel y despertándome en mitad de la noche pensando en que aquello vuelve
otra vez a suceder."
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