Quizás fue demasiado, demasiado amor, demasiado pesar,
demasiado “demasiados”. Esperaba poder verlo de otra forma ahora que el tiempo
ha pasado...lento, muy lento. Esperaba tener una excusa para todo aquello…para
todo lo que pasó, pero no. No puedo justificarlo todo. No puedo justificarte ni
puedo justificarme porque no lo entiendo. No.
Pero no a nada.
Sigo sin comprender que fue todo aquello. Aquellas miradas,
aquellos recuerdos desgastados, aquellas charlas sin fin. Todo aquello. Sigo sin entender esa parte del amor que no es amor pero tampoco es nada.
Sigo sin saber quién de los dos es más culpable.
Aún ahora cuando el tiempo ha pasado, cuando las cicatrices
han cicatrizado, cuando las palabras se han difuminado con el tiempo, cuando
los días me parecen tan lejanos, cuando ya apenas te echo de menos…sigo sin
encontrarle lógica a tanto amor precoz, a tantas tardes sin excusa. A tanto
amor a ratos.
Sigo sin entender que es lo que querías de todo aquello, pero
supongo que me toca darte las gracias por hacer de aquel camino algo
entretenido, por atosigarme todas las tardes, por solucionar mi vida con un
e-mail y supongo que, también, por quererme sin querer y por no dejarte
quererme.
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