miércoles, 9 de abril de 2014

CTFxC


Es ese momento, cuando la negrura hace su aparición indicando el final de una historia que comienza para mi más tarde que para cualquiera. Es este amor que nace a raíz de otros amores y que crece inexplicablemente por la firmeza del deseo de conocer.

         El problema es que, ¿Quién lo hubiese esperado? ¿Alguien realmente termina por creérselo? ¿Por qué tiene que ser justo ahora, justo cuando me incorporo a este camino tan largo? ¿Por qué acaba donde empieza mi viaje?

Quizás lo que digo no tenga ningún tipo de sentido para ti, querido lector, pero este final tan inesperado y este giro tan drástico de los acontecimientos del día a día de otra persona me ha dejado tan descolocada que ya no soy capaz de escribir nada que no me lleve a ellos. Quizás no lo entiendas ahora y lo más probable es que tampoco termines nunca de entender este “post” o estas palabras, pero siento un tremendo vacío que en realidad es parte ajeno y parte prestado.

Es el momento en el que él se despide, su frase característica, su nerviosismo a la hora de hablar. Es la ausencia de ella en un día que en realidad es uno más, es la falta de tristeza por su parte y la melancolía en los rostros anónimos que contemplan el horror. Soy yo, al otro lado del mundo, escribiendo sobre alguien que en realidad no conozco. Es esta locura que me acompaña siempre y este amor por dos desconocidos que me parte el alma.

Es esta despedida, la más triste y amarga de todas.

TOODLES


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