“Y así transcurrieron para mí los días a partir de ese
instante, con lentitud, con frialdad y con la tenacidad que me imponía para
sacar adelante ese amor que me inundaba, sin percatarme de que estaba en el
borde del precipicio, donde todo empieza y todo termina. Es alucinante lo que
podemos llegar a aguantar en el amor cuando estamos dispuestos a mentirnos,
pero es que siempre se es inocente cuando se ama. Mi vida a partir de entonces
fue un puro resbalar hacia abajo.”
- Ana.
El clan de los Peter Panes - Rosa Peña
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