miércoles, 7 de mayo de 2014

Nada.




         “Meditándolo internamente encontré la forma de aislarme de todo, de ser únicamente yo sólo por un minuto. Encontré la forma de olvidarme del mundo, de las cosas materiales de esta vida que nos hacen tan frágiles y desgraciados. Por un momento sólo estaba yo, sin nada, sin nadie. Sentía lo que tenía, veía lo que era, tocaba aquello que no se puede palpar.

          Por un momento lo entendí todo y luego desperté y ya no quedaba nada.”

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