Se cierran los ojos, se respira profundo y se aguantan las
lágrimas.
Fin de una etapa a la que nos abrazamos para no dejarla atrás.
Ahora la jugada cambia, cae el telón y se apagan los focos. Un final práctico
para una sonrisa carente de alegría, un adiós amargo que pretende no sonar a
despedida y una canción triste que habla de nosotros sin conocernos.
Así es como termina, saludando desde la orilla a todas
aquellas oportunidades que no quisimos agarrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario