El “desenvolvimiento espiritual”. Yo a veces prefiero llamarlo vida porque en realidad es lo que es. La vida es el desenvolvimiento espiritual sin fin. Poniéndolo en palabras puede parecer algo tedioso, un camino demasiado largo, demasiado pesado o demasiado difícil.
Pero la realidad no es así, se trata de un camino “espiritual” en el que se supone que debemos encontrarnos a nosotros mismos y es por ello, aunque suene cruel, que debemos pasar por una serie de obstáculos o de piedras, (dependiendo de la metáfora). Se trata de avanzar y de seguir creciendo espiritualmente en esta vida embotellada en un cuerpo humano.
A veces se trata solo de estas piedras que nos dificultan o nos merman la esperanza, pero no debemos olvidar que es parte del aprendizaje y que estas difíciles subidas y crueles bajadas son solo una parte de esta “vida” y que lo más importante es aprender a disfrutar del camino, dejar atrás las piedras y seguir avanzando. Porque debemos recordar que se trata de un camino que siempre tiende a ser ascendente.
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