Ella me molesta y no, no es mi hermana.
Es la clase de persona con la que dudo que pudiese llegar a convivir ni un día. Me enerva y me pone los pelos de punta con su perfección tan absolutamente imperfecta. Odio que siempre esté sacando los defectos y los errores de todo el mundo.
Tan distantes la una de la otra. Yo, quizás siendo egoísta, creo que soy siempre correcta, ya lo he dicho, pero es que ella no puede callárselo, parece que la sangre se le va a hervir si no te corrige esa frase que no la convence, ese color que no llega a ser completamente naranja u ese carácter que no le gusta.
Dios, la taquicardia que padezco de forma reciente coincide con el tiempo que hace que la conozco y que la tengo que aguantar. Es pero no lo es. Es complicado de explicar.
Debe de haber tenido una vida difícil, haber pasado por etapas complicadas, por situaciones completamente adversas y quizá lo hace sin maldad. Puedo llagar a entender eso, pero es que me canso. Mucho. Estoy agotada de tener que aguantar y aguantar y corregir y cambiar y quitar y poner y…
La aprecio. Dentro de todo lo hago. Ella me ha dado una oportunidad porque de entre muchos compañeros me eligió a mí e independientemente de cuáles hayan sido sus motivos me eligió y se lo agradezco, pero agradecería aún más que contemplase todo ese esfuerzo extra que estoy poniendo con mi trabajo para un sueño que en realidad es de ella.
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