Lo quise, claro que lo quise. El problema está en él, en su
régimen de aislamiento, en sus ganas continuas de verlo todo negro, en
apartarme siempre cuando las cosas parecen ir bien.
Se trata de lo que va quedando, del esfuerzo que he puesto
para hacer las cosas bien, para no parecer enfadada o cansada. Pero es que a
veces, como hoy, me es imposible no sentir rabia hacia él cuando sabe que
siempre es el primero en contarme sus batallas sin sentido, como si fuese un
niño.
Se trata de mi y de ser siempre tan así, tan considerada, siempre tan en deuda con él y la
realidad es que no estoy tan enfadada ni tan disgustada como quiero hacer
parecer. La realidad, es que estoy cansada de que no pregunte ni como me
encuentro, de que siempre sea una conversación monotemática y egocéntrica, y de
que siempre, siempre que nos vemos, aunque ya no hayan tantos encuentros, parezca
yo la mala, malísima, enfadada cuando sabemos, tu y yo, que lo mío ya es agotamiento.
* * *
mmm se a quien va dirigido ^^
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