Parece que el tiempo que le dedico a los recuerdos que van
quedando de lo nuestro no tiene cabida en el almanaque de mi vida. Parece que esto
mismo, mi vida, corre en una línea paralela a nosotros y que el mundo, nuestro
mundo, siempre ha sido imaginario. Que tú, mi perfecto idealizado tu, sigues
viviendo en la habitación oscura de mi mente y que no vas a aparecer jamás.
Parece que la espera se me va a hacer eterna si sigo
aferrada a los recuerdos, a las noches, los días y las lágrimas, a las horas,
los minutos y los ratos que compartí a tu lado. Parece que cada día te extraño
más y te quiero menos.
Parece.
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