"Permanece sentada en un banco solitario con vistas a ninguna
parte. El viento sacude su cabello en una dirección sin sentido. Se encoge en
su asiento intentando buscar algo de calor pero la tarde, demasiado fría, no da
tregua alguna.
Lágrimas de impotencia luchan por escapar de sus ojos
claros. Miradas nubladas que se cruzan con desconocidos. Trágicos y cálidos
recuerdos del pasado invaden la mente de una muchacha con el alma rota.
Él no va a aparecer.
Quizás la afirmación de un hecho ya visible haya sido la
causante de esta tristeza fundamentada. Pero lo malo, como siempre, era esa
sensación de sentirse diminuta, de llorar sin querer en público, de esta
soledad no buscada.
Era haber depositado unas esperanzas vanas en un muchacho "X"
al que por tanto amar se le había roto el alma."
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