lunes, 14 de octubre de 2013

"El cobarde muere de miedo, pero el valiente solo muere una vez."

            Pero allí estaba ella, relatando todos esos horrores vividos durante una catástrofe de la que ya no se hablaba. Allí estaba ella, irradiando su encantadora vibración, sonriendo sin parar, aferrada a una guitarra prestada.

          Mientras las horas pasan y el horror sigue siendo relatado, observo a aquella mujer, delgada, minúscula, naranja. Aquella mujer que parece una muchacha cansada, cansada de tanta lucha.

          No pretendo que lo entiendan, pero es que así es como fue. Quizás podría haber sido un domingo aburrido, como cualquier otro, pero ella estaba allí después de casi treinta años, lúcida y llena de historias.

          Quizás tampoco llegues a entenderlo nunca, querido lector, pero lo que dejó en mi aquella pequeña mujer no soy capaz de ponerlo con palabras.

Ananda JiivaPrema

2 comentarios:

  1. Hola!! Llegué a tu blog porque me lo pasaron y sinceramente me parece espectacular.
    Seguí escribiendo siempre que puedas, me encantaría leer muchas mas cosas.
    Saludos

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    1. ¡¡ Muchas gracias !!
      Los comentarios así son el mejor incentivo para no dejar de escribir. :)

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