sábado, 26 de octubre de 2013

PARTE 7 - "Horandelas, la selva y maravilloso."

    

                Mis “Pipupipupius”, mis “horandelas”, mis locos “Villanos favoritos”, mis “cerecillas”. ¿Qué hubiese sido sin ustedes en esa selva llena de “guarronas” en leggins, acosadores con acento madrileño y ataques de papiroflexia?

                ¿Cómo hubiese sobrevivido a las clases de Antonio?, ¿Con quién hubiese hecho “ingeniería de cafetería?, ¿Con quién hubiese estado en profundidad de periscopio?, ¿Con quién me hubiese atiborrado a frutos secos y café?, ¿Con quién hubiese comentado el atractivo tan poco común de Papá Oso?, ¿Con quién hubiese escuchado la música de “Pielsuave”?, ¿Con quién?

                Sin olvidarnos de los montaditos, nuestra base central, nuestra oficina, ni tampoco de las heridas en manos y pies en una excursión por el Confital, ni el magnífico atardecer posterior. Pero bueno, esto ya lo he dicho antes en: "Narnia y otras formas de destierro".

                Ha sido un año lleno. Lleno de tantas cosas y sin embargo siguen estando ahí y yo sigo estando aquí, en Narnia, extasiada de tanto amor y guardando la esperanza cada semana para que nos volvamos a ver.

               Los echo de menos incluso cuando todo me parece “maravilloso”.



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