martes, 30 de abril de 2013

Mr. Jones (1/2)




           "Descarté el hecho de que sabía que había estado a punto de desterrar mi alma a un ser que no merecía mi cariño. Me había salvado por los pelos de lo que para mí había sido un calvario durante toda mi vida.

          Odié la idea de que le había regalado mi corazón a alguien que lo había significado todo. Alguien que había podido hipnotizar a otras con sus dotes interpretativas, su pulcro sentido del humor y sus ojos que eran, cuando a él le convenía, dos libros abiertos. Dos libros por los que yo hubiese matado no hacía mucho. Dos ojos que para mi habían resultado dos laberintos en los que podía perderme.

          Fue precisamente eso lo que me ocurrió, me perdí en mi propia fantasía de cuento de hadas y cuando quise encontrar la salida, la realidad ya me había engullido."

domingo, 21 de abril de 2013

El porqué y la razón


“Tan imposible de comprenderte y tan incompatible conmigo, tu el hielo seco y yo ese sol simpático, tu tan lista y yo tan tonto, tu tan modesta y yo tan presumido. Tanta incompatibilidad que nos atrae y solo se interpone entre nosotros una cosa.
J.
*   *   *

          No pensé que fueses a ser tú.
          Es complicado, como todo en este mundo, pero es más complicado cuanto más lo pienso. Nunca me imaginé que fuese a cuestionarme esta clase de cosas y desde luego nunca pensé que fuese a pasarme tan temprano. ¿Qué estamos haciendo? ¿Qué estoy haciendo?
          Sólo sé que empezó con un comentario desafortunado y que sigue con un: “¿Enserio?
          No podemos simplemente obviarlo, por supuesto. Tampoco debemos dejarlo pasar sin más porque lo que dije, a quién fuese, lo dije porque lo pensaba y aunque haya sido desafortunado y completamente sincero no podemos olvidar que esto sigue siendo una locura. Que esto, lo que sea, sigue interponiéndose entre nosotros.
          Eres…eres todo lo que deberías ser en unos años. Eres respetuoso, educado, carismático y presumido. Crees fielmente en tus sentimientos y pensamientos pero sigues saltando de forma instintiva con peleas absurdas porque aún eres lo que tienes. Pero, ¿sabes qué? No es tu culpa.  No es tu culpa porque la vida aún no te ha enseñado como callar aunque la razón resida en ti, aunque esté totalmente de acuerdo contigo.
          Vivo sumida en una frialdad sin límites y crees que soy lo que ves, pero en este momento soy un lío sin remedio que se siente cómoda a tu izquierda en el sofá, bebiendo un té ajeno que nunca ha sabido tan bien.
          Aparto el humo a nuestro alrededor y despierto de una ensoñación producida por el estrés escapando de mi cuerpo. Pero es que es tan fácil hablar contigo, observarte titubear y dando lo mejor de ti para hacerme sentir cómoda que casi olvido lo más importante, lo que más te molesta que te recuerde.
          Siento que me equivoco eligiendo esta opción, eligiendo ser egoísta, pero es que no sé realmente que es lo que quiero hacer con esto. Disfruto muchísimo teniéndote a mi derecha, compartiendo las tardes contigo, aprendiendo un poco a cada momento.
          Y la verdad es que me cuesta. Me cuesta pensar en cómo no sentir tanto frío, en cómo no ser tan seca, en cómo ser lo que no soy. Me cuesta pensar en cómo tener lo que no tengo o en tú no tener lo que deberías.
          Es muy difícil trazar esta línea roja y este punto negro sobre nuestro fondo blanco. ¿Sabes qué es lo peor de todo esto? Que si realmente esto que se interpone entre nosotros pesa más que las toneladas de cosas buenas que tienes aún por enseñar, nunca sabremos si lo nuestro será una obra de millones o un simple cuadro sin sentido. No sabremos si ha valido la pena tanto esfuerzo y dedicación en algo inacabado.
          No sabré si al final acabaré bebiéndome mis lágrimas pensando en lo que pudo haber sido, en lo que pudo haber pasado y en lo que nunca fue. 

domingo, 14 de abril de 2013

Sentí que no valía nada...

       


         “Sentí que no valía nada, que todo el esfuerzo que había puesto en lograr algo que nunca llegó no había sido reconocido. Me había dejado la piel en un sueño hecho añicos y me había tragado la amargura y el dolor para no dar a conocer mi estado de ánimo tan deplorable.
         Ahora siento dolor, como tantas otras muchas veces. Me miro al espejo y reconozco a la persona que me observa detenidamente, sin embargo, me cuesta distinguir las facciones tan decaídas y distantes que me devuelve la adolescente al otro lado.
         Me cuesta comprender como todo lo que siento en este momento se encuentra tan roto y sumido en un bucle tan oscuro que no parece tener fin. Me cuesta creer como es que aún mantengo esta esperanza sin argumentos que me dice que algo bueno llegará, cuando me he cuestionado una y otra vez si la vida que vivo merece ser vivida.
         Me he convertido en una autómata que se mueve por inercia llena de dolor, sufriendo en silencio noche tras noche, desvelándome en mitad de la nada sintiendo que caigo sin remedio en mi propia miseria. Sintiendo que llorar a escondidas ha sido mucho peor que hacerlo a los cuatro vientos.
         Hoy siento que no quiero sentir nada. Siento que la amargura que me persigue debido a mi fracaso no pronunciado ha acabado por crear a una buena mentirosa. He terminado por convencer a la cercanía más familiar que este fracaso personal no me importa una mierda.
         Es tan triste escuchar los ánimos forzados,  ver las sonrisas de apoyo y oler la peste de la mentira que hay veces que pensar en escapar produce incluso un alivio que no siempre es pasajero.
         Hoy creo que merezco una salida, que merezco escapar de todo esto, que merezco respeto y compasión, porque estoy cansada de llorar a escondidas, de perder constantemente, de este dolor tan perpetuo que no me deja pensar como escapar en medio de la oscuridad.
         Soñando que me quieren, soñando que soy libre, soñando que no me mienten con hipocresía barata.”

domingo, 7 de abril de 2013

Querido tú:


Querido tú:
              Después de haberlo reflexionado mucho creo que esto es lo máximo que las palabras me permiten decir acerca de nosotros. Siento si es insuficiente o si no es lo suficientemente bueno. De ser así: lo siento.
              Debería empezar haciendo entender al resto del mundo que nuestros “te quiero” no suenan a amor, debería hacerte recordar que eres un amigo único y que hay algo en ti que no termina por encajar en esta época. De cualquier forma: ¡no cambies por favor!
              La vida no nos comprende. Es lo que tenemos en común.
              A ti te persiguen los amores crepusculares, eres extremadamente atento, increíblemente bueno y secretamente pervertido. Te sobra el amor.  A mí el amor me repele, las caricias se me mueren, las palabras se me atragantan y nunca me derrito.
             Pero ¿sabes qué?
             Me llena de orgullo saber que soy Lady Hielo. Me gusta saber que mi lugar favorito en el mundo lo descubrí estando a tu lado y que jamás me he sentido tan bien en toda mi vida. Detesto que te infravalores y no soporto no poder compensar todo lo que haces por mí. Odio que digas que te odio y siento no poder ser “Miss Simpatía” todas las mañanas.
             No sé si sabes que eres lo mejor de este agónico e interminable camino, que escapar del mundo en Clipper es algo que sólo haría contigo y que los amores crepusculares te perseguirán hasta el fin de los días.
            Si aún no has entendido lo que quiero decir, si aún te queda alguna duda, si lo escrito hasta el momento es insuficiente y si tampoco es lo suficientemente bueno…
             Te quiero amigo.