domingo, 21 de julio de 2013

       Esperaba poder sentirme de otra manera. Esperaba poder encontrar una distancia más corta para recorrer sola, pero lo que realmente esperaba era que te dieses cuenta de lo mucho que te necesito aunque nunca parezca sentirlo. 
       Soy la clase de persona que siente que el mundo siempre esta boca abajo, ahogándose en un vaso de agua, mientras que tu siempre has sido la parte cuerda y sentimental de los dos. 
Aunque nunca te lo diga. 


"El fallo más grande pasó por guardar solamente los días más gratos y olvidar los demás" - Love Of Lesbian


          Después de darme cuenta de que el mundo no cambiaría para mí, me resigné a esperar lo desconocido guardando el temor y las inseguridades para las noches de insomnio y de “timbas” tardías.
          Empezaba a darme cuenta de los cambios significativos que había ido experimentando durante el año, pero la infantil inseguridad que uno siente hacia lo desconocido es algo que nos acompañará hasta en nuestro camino más simple. Aunque el deseo inaplazable de poner fin al último capítulo de tu vida, escrito hasta el momento, se haga insoportable.
          En ocasiones deseo volver a esas épocas en las que la seguridad de lo próximo, del porvenir, era algo incuestionable. Era un camino armado, un sendero recto, una línea sin curvas.

“Y así me dejé arrastrar por el viento, mecer por el agua, camuflar por la arena pero, sobre todo, me dejé ir porque sabía que cualquiera de estas vidas me depararía un futuro feliz.” 

domingo, 7 de julio de 2013

Álvaro


           "Tú, infantil chiquillo que no has tenido tiempo ni de pecar.
           Pueriles ojos que devuelven una mirada cargada de ignorancia y poco entendimiento.
           Eres la viva imagen de la despreocupación porque aún no has tenido tiempo ni de equivocarte.
            Correteas como un alma libre por los parques sintiendo la brisa nublar parcialmente tu risa. Sintiendo que el mundo es tuyo, que eres eterno.
            Escapas, persiguiendo una pelota que gira sin control hacia la acera de enfrente y notas que te observan. Ojos apagados, locura contenida, mirada puesta en ti.
           Sientes por primera vez lo que es el miedo y te asustas de aquella mirada que grita peligro. Las piernas se te agarrotan y de pronto…ya no puedes correr.
           Así es como dejas el mundo, apagado ante tu ausencia. Ya no se oye la risa, ya nadie juega contigo porque te has ido sin querer. Sin haberlo incluso pedido.
           Te han llevado sin testigos y nunca más te volvieron a ver."